lunes, 18 de mayo de 2009

FOTOGRAFÍA DE NATURALEZA.

por Estanislao Aimar

La fotografía de naturaleza es un campo muy amplio dentro de la fotografía. En sí, trata de enmarcar en el papel (o la pantalla) la majestuosidad y belleza del mundo en su estado más puro conjuntamente con todo aquello que en el habita, a excepción del hombre y sus creaciones. Es, precisamente, por lo ambicioso del objetivo que persigue, que la fotografía de la naturaleza tiende a centrar su atención en la captación de una cantidad enorme de aspectos estéticos, en ocasiones muchos más que otros tipos de fotografía.
foto: Shiras
Fue en el año 1905 que el congresista norteamericano George Shiras, un aficionado a la fotografía con especial interés por la naturaleza, sentó las bases para lo que hoy en día es mucho más que una disciplina. Al ver esta fotografía, el aquel entonces director de la revista National Geographic (hasta el momento avocada solamente a la divulgación de la geografía), Gil Grosvenor, quedó completamente deslumbrado y convocó a Shiras a presentarse en la redacción de la revista con sus obras para una posible publicación. Para sorpresa de este, 74 imágenes quedaron seleccionadas y publicadas en un ejemplar[1] que dio un vuelco en la historia de la revista, así como en la fotografía propiamente dicha. A partir de este momento se abría un nuevo universo que permitiría explorar otras aplicaciones e intereses dentro una disciplina que estaba en pleno crecimiento y desarrollo. Curiosamente, 3 años antes de este evento histórico, veía por primera vez la luz alguien a quien yo consideraría el primer gran fotografo de naturaleza por la diversidad y veracidad de sus paisajes retratados: Ansel E. Adams.
foto: Ansel Adams
Hoy en día la fotografía de naturaleza tiene inumerables aplicaciones que van desde el mero interés o gusto personal de tener la imagen de aquel paisaje tan bonito, pasando por ser una herramienta crucial en la conservación, hasta el uso como evidencia cientifica casi irrefutable. Es así que, conjuntamente con el abrumador avance tecnológico que se vive en el siglo XXI, esta disciplina también avanza y va ganando adeptos en cada una de sus aplicaciones, perfeccionandose, diversificandose y popularizándose cada vez más. Logicamente, con la aparición de las películas en color y hoy con la tecnología digital, las imágeenes son más vívidas, reales y, si uno aprende la forma de hacerlo, pueden transmitir mucho más que la belleza aparente a primera vista. Piensen un momento ¿Cuántas veces se enternecieron viendo la famosa foto de la cría de foca blanca? ¿Cuántas veces sintieron un nudo en el estómago al ver las atrocidades que se cometen con ciertos animales como las ballenas en Asia? O simplemente, ¿cúantas veces una fotografía de un paisaje decidió un destino para sus vacaciones? Todo esto, y más, puede lograr una fotografía de naturaleza correctamente tomada y, obviamente, presentada.
Sin ir más lejos, hay fotógrafos que han volcado su carrera enteramente a esta disciplina. Por nombrar algunos de los más reconocidos podemos citar a Galen Rowell, Art Wolfe y Frans Lanting quien, en particular, ha llevado la fotografía de naturaleza un paso más allá. Actualmente se encuentra girando por el mundo con un proyecto llamado “LIFE: a journey throgh time” que consiste en un libro, una proyección de imágenes y una orquesta ambientando la reproducción de la evolución de la vida en la tierra desde sus comienzos. Un verdadero espectáculo multimedia donde a través de imágenes, tomadas en tiempo presente, el autor logra mostrar cosas que creíamos inexistentes tales como el origen del universo.
foto: Galen Rowell

Finalmente, es gracias a muchas de estas imágenes que hoy tenemos conocimiento de lugares que ya no existen (o están desapareciendo); animales ya exinguidos, y paisajes olvidados. Quizás sea esta la disciplina que el día de mañana nos permita mostrar a los niños la foto de un enorme bloque de hielo azulado y enseñarles lo que alguna vez nosotros pudimos ver personalmente y conocimos como glaciar. Este es el sentido que hoy en día está tomando la fotografía de naturaleza, el de conservar a través de imágenes, enseñar a la gente lo que existe, lo que hay más allá del lugar donde viven.













































































































































































[1] Solo dos ejemplares fueron reeditados en la historia de National Geographic y este fue el primero.

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